Los niños y las niñas experimentan la pobreza como un entorno que perjudica su desarrollo mental, físico, emocional y espiritual. Por tanto es especialmente importante ampliar la definición de pobreza infantil más allá de conceptos tradicionales como bajos ingresos de las familias o bajos niveles de consumo. Sin embargo, pocas veces se establece la diferencia entre la pobreza infantil y la pobreza en general y raramente se reconocen sus dimensiones. Los niños y las niñas experimentan la pobreza con sus manos, mentes y corazones. La pobreza material –por ejemplo, comenzar el día sin un alimento nutritivo o verse obligado a realizar trabajos peligrosos– dificulta la capacidad cognoscitiva y el crecimiento físico. Vivir en un entorno que ofrece pocos estímulos o un apoyo emocional a la infancia, por otra parte, puede eliminar gran parte de los efectos positivos que se derivan de crecer en un hogar acomodado desde el punto de vista material. Al discriminar contra su participación en la sociedad y menoscabar su potencial, la pobreza no solamente provoca el sufrimiento entre los niños y las niñas, sino que también les resta poder.
Medir la pobreza infantil
Es difícil comprimir las numerosas dimensiones de la pobreza –entre ellas la mortalidad, la morbilidad, el hambre, el analfabetismo, la falta de hogar y la falta de poder– en un solo indicador. En un intento por abordar este tema, un estudio empírico reciente realizado por la universidad de Bristol y la London School of Economics, encargado por el UNICEF, consideró la forma en que los niños y las niñas de los países en desarrollo sufren una serie de privaciones graves en siete esferas: nutrición adecuada, agua potable, instalaciones decentes de saneamiento, salud, vivienda, educación e información
Es difícil comprimir las numerosas dimensiones de la pobreza –entre ellas la mortalidad, la morbilidad, el hambre, el analfabetismo, la falta de hogar y la falta de poder– en un solo indicador. En un intento por abordar este tema, un estudio empírico reciente realizado por la universidad de Bristol y la London School of Economics, encargado por el UNICEF, consideró la forma en que los niños y las niñas de los países en desarrollo sufren una serie de privaciones graves en siete esferas: nutrición adecuada, agua potable, instalaciones decentes de saneamiento, salud, vivienda, educación e información

Esperemos que las grandes organizaciones de una ves por todas vean una solucion por este terrible drama, Felicitaciones por el Blog.
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